«El corazón delator» Edgar Allan Poe

Seguro que muchos habréis leído alguno de sus cuentos. Edgar Allan Poe es un precursor del relato detectivesco y conocido por sus cuentos cortos de terror. Maestro para muchos escritores coetáneos y para generaciones posteriores por diversas razones Entre ellas, por la agilidad, concisión y precisión de su estilo. Éste fue uno de los cuentos que más me impactó. «El corazón delator» en dónde el narrador que es protagonista cuenta en un monólogo delirante, cómo y por qué razón ha asesinado a un anciano. El lector reconoce algo que desconoce el propio narrador, se da cuenta de su locura.

Os aconsejo también, si os gusta este tipo de literatura «tenebrosa» y «macabra», las lecturas de «El gato negro» y «Los crímenes de la calle Morgue», del mismo autor.

4 comentarios

Archivado bajo Sin categoría

4 Respuestas a “«El corazón delator» Edgar Allan Poe

  1. evelin

    por favor me podrias aghacer una reseña del gato negro?

  2. hola a todos mira cuales son los personajes del cuento corazon delator

  3. Daniel Díaz

    Se abre la incógnita:
    ¿Quién es que delata?
    ¿Los latidos del corazón de la víctima o la voz de la conciencia del asesino?

    • Dulio

      Creo que el cuento, más allá de alguna alegoría entre el conflicto entre una imagen de padre estricto y controlador que quizás inspiraba miedo representado por el «ojo de buitre» (el viejo) y la necesidad de liberación representada por la idea de hacer desaparecer ese ojo (el asesinato), sí implica un cargo de conciencia. Veamos primero la locura del protagonista. Creo que puede ser anterior al crimen y potenciada luego en la negación y, quizás, consecuencia de una situación de opresión por motivos que el protagonista hace dirigir al ojo como elemento totalizador de la persona del viejo. Esta locura no le impide dirigir sus acciones, esto es, tener la intención de matar: por el contrario, sabe que quiere matar al viejo para matar el ojo con toda su representación. Pero esa locura le impide el dicernimiento: no sabe que lo que está por hacer está mal: él lo toma como algo necesario par acabar con su sufrimiento. Allí radica su locura, su perturbación mental: no tiene frenos morales porque no sabe que los hay. Sin embargo, creo que momentáneamente recupera su cordura desde que comienza a escuchar imaginariamente al corazón inerte del difunto. Es la voz de su conciencia-conciencia o cordura- que luego pierde cuando intenta justificar su propia racionalidad.

Deja un comentario